Debemos reconvertir todo lo que nos han enseñado: Planta un hijo, tén un árbol, lee un pinche libro...

martes, 14 de junio de 2011

La mejor obra de arte

Desde niño le dijeron que tenía talento parar tratar a los animales y comenzaron a manifestarle que debía de ser veterinario cuando grande; a él no le desagradaba la idea, a fin de cuentas amaba la vida en cualquiera de sus variedades y los animalitos, constituían un gran motivo dentro de este catálogo, pero no estaba del todo seguro, él quería ser artista y como tal, crear arte.

La mayoría de los padres siempre cometen el error de querer encaminar a sus hijos a un sueño no realizado por ellos mismos y esto aunado con una sociedad de creencias egoístas y una educación corrupta, terminan bloqueando de cierta manera el libre albedrío de quien desea desde pequeño encontrar su propio camino.

En la secundaria no faltaron los compañeros y profesores que lo convenían para decidirse por una carrera en específico, pero siempre con la reserva de recomendarle la que a ellos les parecía "más conveniente" por la pasión que consideraban mejor para enfrentar a éste "mundo competitivo" y también porque le "harían ganar mucho dinero". ¡Bah!, a él lo que menos le interesaba, era esto último.

Al término de su adolescencia y entrado en la pubertad, sustentaba en su persona más dudas que confianza de lo que realmente quería ser -el mundo es una vorágine con ánsias carnívoras de nulidades y ausencias-, se decía hacia sus adentros y poco a poco comenzaba a desilucionarse de sus perspectivas sin detenerse a analizar, que dentro de su frase por describir al mundo en el que vivía, ya se marcaba y se hacía diferente a otros chicos de su edad... ¿Quién a sus 17 años ostenta semejante discernimiento? Pocos, él conformaba parte de ese "pocos".

Así pasaron los años, trabajaba para mantener sus estudios y estudiaba para conseguir una meta, no quería ser una oveja más del rebaño -al menos, si no consigo mi sueño, me desmarco por completo de ésta maldita congregación de seres ausentes de si mismos- volvía a discernir hacia sus adentros y es curioso, pero en ocasiones la vida y el universo mismo, conspiran sin que te des cuenta que ya están determinando tu destino.

Un par de años después, decidió dejar sus estudios, el dinero y aunque parezca irónico, termina por ser más rentable y estable que el estudio mismo, termina irremediablemente por estrujar y desmoronar aspiraciones, ilusiones de personas que solo desean ser sí mismas. Él no se rindió, decidió ser un autodidacta como el padre que no había conocido y se dispuso a leer, después de leer siguió leyendo y poco a poco, sin darse cuenta, deboraba libros y más libros. ¿De qué temas? De todos, toda la lectura y más aún cuando le encontró un verdadero gusto, no saciaba su curiosidad por seguir descubriendo cosas nuevas y encontrar en esas cosas nuevas, más cosas nuevas para darles sentido y encontrar explicaciones para simplemente exlicarse su existencia.

Ya siendo un adulto mayor, no le importaba trabajar en donde le "dieran lo necesario para subsistir", él seguía absorto en el hábito que se había creado. Visitaba bibliotecas públicas y compraba, cada que podía, un libro que le llamara la atención. Era considerado un trabajador ejemplar en la empresa donde se encontrara; no faltaba, siempre cumplía con sus obligaciones y procuraba no hacer críticas porque no era lo suyo; solo cumplía con lo que le encomendaban y lo más importante, siempre, siempre establecía e instaba a sus compañeros de trabajo, a desarrollar un ambiente sano y placentero para sobrellevar las arduas y difíciles horas que conlleva cualquier trabajo, el que sea.

Él se encontraba contento con su existencia, no tenía mucho, pero al menos ostentaba lo necesario. Desde hace mucho tiempo no pensaba en conseguir su meta de ser un artista y tampoco le preocupaba. Un mal día, de esos que suelen suceder más de vez en cuando que lo que creemos es "más de vez en cuando", llegó un supervisor en turno y le dijo que habían decidido "hacer" un "recorte de personal" (como si las personas se pudieran "recortar") y lo encomendaron a recoger sus pertenencias porque ya no era "necesario" en esa empresa.

El protagonista de este cuento, llevó a cabo el estúpido procedimiento que le encomendaron hacer. Recogió sus cosas y entre llantos y despedidas sinceras por parte de todos aquellos con los que había convivido por muchos años y que de cierta manera constituían lo más cercano a ostentar una familia, se despidió. No derramó lágrima alguna, se hizo el fuerte y las guardó. Pensó otra vez hacia sus adentros -pobre escritor de éste cuento, siendo yo el protagonista, platica en singular y luego pluraliza  "las LAGRIMAS" que me atraganté en la garganta, ¡que alguien le explique la diferencia por favor!-

Después de tan desagrable suceso, se decidió un día a escribir su vida, como él la veía y la vió tal cuál. -¿Y ahora qué?- se preguntó, ya no se dijo así mismo. El protagosnista de nuestro cuento a muerto, pero dejen les platico lo que sucedió antes de su fallecimiento: ESCRIBIÓ LAS MÁS GRANDES Y HERMOSAS NOVELAS QUE PODAMOS IMAGINAR, LO PREMIARON CON UN "NOBEL DE LITERATURA", SE CONVIRTIÓ EN UN SER INMORTAL PORQUE DENTRO DEL LEGADO DE SUS LETRAS, JAMÁS NADIE SE ATREVERÁ A OLVIDARLO. En eso consiste la "verdadera muerte", en olvidar y él, no será olvidado...

¿Fin? ¡NAH! ¿Qué nombre lleva por título este cuento? Ok, Prosigamos líneas abajo para definir el final...

Años antes de morir, "él", entrecomillado y precedente por haber cumplido muchos años y ser como tal un "pronombre personal, o la tercera persona del singular de blah, blah, blah", entendió su legado y sin querer "ser un artista" como desde niño lo había soñado, volvió a discernir: "EL JUICIO QUE TENEMOS DE NOSOSTRO MISMOS, ES MÁS IMPORTANTE QUE TODO LO QUE CREAN CREER DE NOSOSTROS MISMOS. SI LO QUE HICE FUE "DEFECTUOSO", ¡QUÉ IMPORTA!, LO HICE CON AMOR Y EN BENEFICIO DE QUIEN AMÉ Y SIEMPRE CONSIDERÉ MI IGUAL, MI SEMEJANTE, AHORA LO ENTIENDO, PUEDO MORIR EN PAZ".

Al protagonizta de este cuento, quiero que lo recordemos y consideremos por lo siguiente: ¿sus obras? ¿sus novelas? ¿sus escritos? ¡¿cuáles?! ¡ésto es un cuento!  No seámos ridículos...

Nuestro protagonista, al distinguir claramente lo que sentía, sin querer hacerlo, creó LA MEJOR OBRA DE ARTE: DESARROLLÓ SU ALMA Y PARA TAN INGENTE TAREA, TUVO QUE APRENDER A AMARSE ASÍ MISMO...

FIN

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