Debemos reconvertir todo lo que nos han enseñado: Planta un hijo, tén un árbol, lee un pinche libro...

viernes, 3 de junio de 2011

El león y el sapo

En un lugar remoto existía un león bobo, príncipe y heredero de un reino construido por su padre el rey león. El león bobo fue educado en las "mejores" escuelas de la selva; (y por "mejores", entendamos la falsía que manifiestan las comillas que encierran a dicha palabra). Su padre así lo decidió porque quería un heredero digno y "estudiado" para poder así delegarle la responsabilidad de administrar los bienes de su reino cuando él decidiera retirarse.

En la escuela el león bobo conoció a un sapo de "estirpe"; y por "estirpe", entendamos lo mismo que se comenta líneas arriba acerca de "mejores". El león bobo y el sapo se hicieron buenos amigos a pesar de lo distante de sus especies y eso, porque en realidad compartían algo en común: los dos eran codiciosos.

Así pasaron los años hasta el momento en que terminaron sus respectivas carreras y cada uno de ellos regresó a desempeñar lo que habían estudiado. El león bobo volvió al reino de su padre, la selva, y el sapo de "estirpe" a la charca donde había nacido. Ambos pasaron los siguientes años de sus vidas desperdiciando el tiempo y pensando que la vida los premiaría por el simple hecho de haber estudiado en una escuela cara, pero no fue así.

La vida en ocasiones ofrece lecciones y en este caso, aunque breve, les mostró que un hogar humilde y con libros, les hubiese bastado para haber aprendido más que la escuela más costosa, de eso se dieron cuenta cuando la realidad los abofeteó al no darles lo que esperaban de manera inmediata. Pero este no es un cuento de hadas, es más real y menos mágico, por lo tanto y como habremos de imaginarlo, volvieron a reunirse pasados unos años.

Al león bobo le comenzaron a delegar, poco a poco, responsabilidades dentro del reino de su padre y siempre bajo el escrutinio y el regaño  del rey que lo seguía considerando inexperto; y así como la vida da lecciones de vez en cuando, también premia a los que no han hecho nada por conseguir los mérito necesarios y merecerlo. El león bobo terminó contactando a su amigo el sapo y juntos emprendieron una aventura: el primero como el príncipe heredero y el segundo como su mano derecha, su consejero real. Y colorín colorado, este cuento se ha...

Bueno, bueno ¿estamos de acuerdo en que los cuentos no deberían de ser muy largos? Ok, pero tampoco olvidemos que pueden carecer de un final. Seamos breves para determinar éste último:

El león bobo ahora vive en la opulencia, ha perdido los escrúpulos y solo le interesa el dinero y las riquezas materiales. Su mano derecha, el sapo, y mayor precursor de los cambios impuestos para conseguirlo, ahora vive ataviado de adornos, ese fue su premio. Su mayor logro, ha sido tragarse a una hermosa mariposa, pero no olvidemos que por ese simple hecho, un sapo puede aprender a volar...

FIN.

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