Debemos reconvertir todo lo que nos han enseñado: Planta un hijo, tén un árbol, lee un pinche libro...

viernes, 20 de enero de 2012

Mis verdaderos buenos deseos

Ya casi se termina el mes de enero, el tiempo es efímero y relativo. Recuerdo que el 2011 se esfumó como un billete de $500.00 pesos después de utilizarlo para comprar cualquier chuchería. En ocasiones pienso que la mejor manera de ver perder el tiempo, es introduciendo cualquier alimento en el microondas, programar el tiempo necesario para calentarlo y distraerse en cualquier otra tarea para después volver a mirar los números en conteo descendente y saber que en menos de nada, han transcurrido: 2, 3, 4, 5 o los minutos necesarios y previamente programados en el aparato.

Es curioso, pero así como aprendimos a calcular los periodos de tiempo en que las distintas estaciones del año nos manifiestan el grado de temperatura que tiene nuestro planeta al girar alrededor del sol, también hemos olvidado que somos una ínfima partícula en expansión dentro de un Universo en constante movimiento: no somos nada.

Así como aprendimos dichos cálculos, también nos inventamos realidades alternas para resistir y tolerar nuestra triste realidad de vacíos simples y a la vez complejos: nos inventamos dioses, nos autodefinimos como seres humanos, inventamos términos a nuestra conveniencia y todo lo necesario para autosatisfacernos en esta simple aventura de movimiento y expansión sideral. ¡Vaya!, hasta fuimos capaces de mantener un equilibrio sin quererlo: somos buenos y malos a la vez y en la medida necesaria para sentirnos bien con nosotros mismos.

Así han transcurrido los días de mi vida: termina un año, comienza otro... termina uno, comienza otro y así sucesívamente como un frenesí de movimientos circulares y viciosos...

La vida es simple, considero que es tan simple que terminamos por corromperla. Inconscientemente la vivimos esperando que transcurra lo más rápido posible y comenzamos un nuevo periodo esperando que con prontitud y celeridad avance... enero (pagar deudas), febrero (que bueno que ya terminó enero), marzo (comienza el calorcito y las vacaciones), abril (vamos a mitad de camino), mayo (¡Puto calorón!), junio (malditas lluvias y bochorno), julio (a mitad de camino), etc., etc., etcétera...

Llegamos a fin de año para celebrar las fiestas necesarias y congratularnos en la época que nos ocupa en recetarnos buenos deseos sin darnos cuenta que con nuestras aceleradas actitudes por ver transitar al tiempo lo más rápido posible; perdimos lo verdaderamente importante: nos mantuvimos alejados los unos a los otros y, lo peor, alejados de nosotros mismos. ¡Traición!, ¡traición!... ¡Vah! ¿A quién le importa?

No odio que se termine un año con el último mes del mismo llamado diciembre y mucho menos odio a la navidad. Lo que odio, es que la gente con la cual conviví durante 365 días constituídos en 12 meses, se abran un espacio dentro de los espacios que compartimos durante el mismo lapso de tiempo y me deseen así porque sí, y con simples y vulgares palabras: "buenos deseos" (cuando en los meses anteriores, su comportamiento fue inversamente proporcional a las palabras que se utilizan para seguir llevando a cabo un simple acto obligado porque la sociedad así lo dictamina...) ¡Patrañas! ¡hipocresía! ¡falsa retórica!

¡Feliz año nuevo! ¡feliz comienzo de una nueva era! ¡voluntad para ser noblez! ¡congratulaciones por seguir vivos! ¡honor! ¡dignidad! ¡sentido de la justicia! Y al menos, en lo que me corresponde, la promesa necesaria para seguir siendo la misma persona que conocen en el tiempo vivido y por seguir viviendo. En evolución y mejorías constantes... ¡Salud! 

Porque esos, son mis verdaderos buenos deseos...

   

miércoles, 26 de octubre de 2011

La verdad es solo una mentira más

¡Prístino, original, simple hasta la nimiendad! Así debería ser nuestro comportamiento, de esa manera deberíamos de conducirnos cada día de nuestras vidas porque la verdad, es solo eso, una palabra hueca que ha perdido su sentido e invade los terrenos de lo falaz. Los embusteros gobiernan a éste mundo y el combustible de su andar, es alimentado por la gente ingenua y cobarde por no hacerse respetar.

Vale más una palabra comedida y engañosa, que cualquier hecho contundente; importa más una apariencia hipócrita, disimulada y maquillada, que una realidad objetiva en la búsqueda de la singularidad. La mayoría de las personas solo buscan la aprobación del otro, del otro, siempre del otro y sin importar la falta de respeto que se comete en contra de esa divina individualidad con la llegamos a este planeta.

Sé que no puedo cambiar al mundo, pero a la vez estoy seguro de que no pierdo nada con intentarlo. En ocasiones es más prudente guardar silencio ante la estulticia y evidente busqueda de aprobación de la gente que nos rodea. ¿Quién no se ha sentido incómodo ante la plática de un conocido que opina mierda acerca de cualquier asunto (sin argumentos sostenibles de por medio) y se sabe de antemano que sería una pérdida de tiempo el intentar mostrarle otra ruta, otro sendero?

El silencio es una buen recurso para zafarse, al menos para la gente que se da cuenta de que dicho silencio es insultante por evidente, pero que termina por ser a fin de cuentas, eso mismo: solo una simple salida que lleva a ningún lado.

Tratar de explicar con calma cualquier situación que nos atañe y nos repercute negativamente en la cotidianeidad de la vida que vivimos como seres humanos, resulta igual de ingente. Todo mundo tiene prisa, nadie contempla la calma y mucho menos la quietud necesaria para escuchar algo más allá de lo que una sociedad insulsa nos ha inculcado hasta el tuétano. Es preferible seguir a toda prisa y hacia ningún lado, que detenerse a reflexionar con toda sinceridad para aceptar que en el fondo somos seres quejumbrosos y por lo mismo patéticos.

Bajo estos términos es difícil cambiar las cosas y la verdad, creo que ya sobre-volé esa etapa quijotesca en que quería cambiar al mundo, textual y mágicamente. Diría un gran filósofo griego que si se quiere realizar dicha tarea, debemos comenzar a cambiarnos a nosotros mismos; pero en el país donde vivo, los filósofos de cualquier especie no alcanzan para explicarle a la gente que somos algo más allá que simples monos desnudos.

Hoy, por extrañas razones (motivadas por el comportamiento de gran parte de las personas que me rodean, no todas, que quede claro), recordé a Charles Bukowski y a una de tantas de sus frases heredadas para la posteridad:

"Al carajo con la verdad. El estilo es más importante: cómo hacer una por una cada cosita."

Tómese este escrito como el andar de una de esas "cositas" por hacer y ya de paso, como un tributo a la sobriedad que puede contener tanta crapulencia dentro de un mal llamado "poeta maldito"... ¡Salud!

FIN

viernes, 14 de octubre de 2011

Sexo, Dios y el Diablo

"Sexo, Dios y el Diablo", palabras subjetivas y como tal, relativas, propias, peculiares dentro de la intrínseca psique humana. No entiendo el porqué de que estas tres palabras se rebelen como un llamativo aparador para llamar la atención de los incautos.

Dios, es y constituye un antagonismo sobre el Diablo y visceversa, el cambio de los factores no altera el producto; dictaminan a fin de cuentas, una férrea lucha y conclusión matemática que deja descobijado a un pobre incauto llamado Ser Humano.

El Sexo ejemplifica el siguiente factor que llama la atención y nos atrae de manera inherente... ¿Quién no piensa en él? Ó al menos en su sano juicio: "¡¿Quién no piensa en él?!" (Y no supongamos que un monje budista se escapa ante tal realidad). ¡Todos somos humanos!

Nosotros, los Seres Humanos, somos como cucarachas ignorantes y edonistas a la búsqueda de nada. Nos encanta vibrar entre deseos, de un lado y otro, entre el bien y el mal, entre lo malo y lo bueno y sin detenernos a recapacitar que simplemente nos encontramos a la mitad de una lucha entre dos seres titánicos y a todas luces imaginarios... ¿El Sexo es malo ó es bueno?

Personalmente considero que puedo cambiar de opinión en el momento que lo desee y lo quiera. ¿Por qué no he de poder hacerlo si la materia misma de lo que estoy hecho puede cambiar bajo las leyes de la física y que gobiernan este Universo para convertirse en líquidas y/o gaseosas a su gusto y conveniencia? (Según se necesite).

Dios no es mas que un verbo que conjugamos yo, tú, él, nosotros, ustedes, ellos... entre conjugaciones abstractas... ¿Y con el Diablo? ¿Qué sucede? ¡Es lo mismo!, pasa lo mismo. Solo conjugaciones de verbos entre pronombres personales engañados y convencidos por un ente u otro, según la creencia y el caso.

No lo sé, me encuentro en medio de este par de granujas incongruentes y güevones. Se olvidaron del Sexo, entre su lucha y su conflagración para saber quién se queda con nosotros, se olvidaron de ello. Cuando se dieron cuenta, estimaron con uno y otro de nuestra misma especie, una especie de complot para convencernos de que tal "acto" es "bueno" o es "malo"...

Según mi experiencia y muy personal, el Sexo me conlleva como herramienta para un sin fín de motivaciones que me transladan a algo que escapa de lo bueno y lo malo. Puede ser bueno, puede ser malo, ¿quién lo sabe? Yo lo sé, porque al llevarlo a la práctica, me doy cuenta de que el Diablo es bueno, Dios es malo (¡nada cambia!) y yo decido porque al final de cuentas disfruto de la libertad que me otorga la individualidad que se les escapó por estar disputándonos como en un juego de azar.

El Sexo es como una naranja cuando la comemos, para algunos es agria y amarga, para otros es dulce y acaramelada. La naranja no tiene la culpa y tampoco nadie se encuentra errado o en lo correcto. Una naranja es redonda, nadie puede discutir lo contrario y eso, eso es una realidad que se escapa a cualquier tipo de razocinio...

FIN

domingo, 2 de octubre de 2011

Tiempos violentos

La mañana es fresca, el agua de la regadera es más fría de lo acostumbrado; ése es el termómetro natural que utiliza para descifrar temperaturas ambientales al sentirlas en su cuerpo cada mañana, debajo de la ducha.

El aire fresco al abrir la puerta para encender el auto, constituye la siguiente y monótona etapa de un nuevo día, y claro está, el disfrute necesario de sentir dicho aire fresco frente a su rostro para sentirse vivo, para sentir que la noche anterior que deslumbró en sueños, era solo eso, solo sueños.

La vida en ocasiones y más que en ocasiones, significa un sinfín de definiciones que dan sentido a una o más personas a la búsqueda de nada; a algo parecido a un pescado en estado de descomposición y con los ojos bien abiertos. También existen quienes la miran de la manera contraria, soñadores que terminan fantaseando en demasía y sin poner en práctica sus sueños.

Una mariposa suicida atraviesa la carretera a la espera de chocar contra el parabrisas de un auto y así mismo, ejemplificar con su acto, una metáfora desabrida de lo que sucede en este perro país en donde su puta realidad (junto con la justicia y de la mano) se han tomado unas vacaciones indefinidas.

Aquí pasa de todo y a la misma vez no pasa nada. Ayer asesiné a dos arañas y los grillos brincan alegres acompañados de una plaga que han creado para sí mismos y con mi ayuda; dos depredadores naturales ya no los persiguen. Un candidato a la presidencia municipal de no sé dónde, se prepara para bombardear con promesas a toda una horda de incautos parroquianos.

La vida sigue su curso, huele bien, pero a la vez apesta (¡!), todo depende de cómo se vea, o en el caso de este escrito, se pueda oler. En las escuelas no enseñan nada, excepto a callar, obedecer y eso, en realidad no es aprendizaje. Los árboles se doblan en ángulos de 45 a 38 grados, supongo, por el viento que arrecia sobre ellos.

Las golondrinas no tienen memoria, lo he comprobado. Podrán emigrar miles de kilómetros a la búsqueda de climas calurosos y propicios para su desempeño natural y regresar después, pero son incapaces de encontrar la salida de una jaula con las puertas abiertas en dónde se han metido; hasta parecen humanos.

Hoy no leí el periódico, tiempos violentos atiborran la realidad de este país hermoso. A cambio, decidí escribir este escrito sin sentido, anecdótico y atiborrado de incongruencias. A fin de cuentas, de eso se trata la vida… ¿No lo creen?

FIN

sábado, 24 de septiembre de 2011

La sexualidad divina

No puede ser posible que Dios sea hombre, no puedo creer que detrás de tanta magnitud los humanos sigan pensando que ese señor es precisamente eso, un "señor". La religión es machista, al menos la que nos han impuesto en las culturas modernas; la variedad del politeísmo antiguo y su pluralidad, ha sido destruída y sustituida por intereses mezquinos, ajenos, nada comunes y materialistas.

No entiendo para qué necesitan dinero quienes ostentan el liderazgo de todas y cada una de las religiones que hoy en día constituyen a instituciones a todas luces corruptas. El pensamiento humano cada día se sigue yendo al drenaje, ya nadie se acuerda de los grandes pensadores de nuestra historia y mucho menos de su legado.

De manera abstracta, la mujer entra en el término "hombre" cada que se utiliza la consideración misma. ¿Quién se atreve a cuestionar la sexualidad de éste ente místico? "Dios" no tiene la culpa, a fin de cuenta es solo un invento ansiado por el ser humano para acudir a él cuando se siente desgraciado y a la búsqueda de un ápice de ánimos y confortación.

Dios es más que un instrumento de manipulación inventado por intereses de seres sin escrúpulos. Dios es más que lo que nos dice cualquier creencia, religión o iglesia. Dios es más que solo un personaje mágico que se encuentra en todos lados como si se tratara de una enorme y magnífica sociedad anónima de capital variable. Dios es un todo que no termina por convencer a quien cree en él. Dios no es hombre, pero tampoco me atrevo a asegurar que sea la contraparte, no lo conozco en persona, no tengo el desagusto, aún.

Los antiguos filósofos griegos pensaban que Dios era más que un ente inventado por ellos mismos, eran tan sabios que se atrevían a pensar más allá de lo cuestionable y por lo mismo discernían acerca de la sexualidad divina. Los griegos antiguos, estaban seguros de que Dios mantenía y tenía dentro de sí mismo, una parte femenina, no quisieron meterse en problemas, no quisieron hacerlo, o más bien no se atrevieron a asegurar lo contrario.

Dios no es hombre, al menos para mí, soy humano, un ser iperfecto y por lo mismo con el derecho a cambiar de opinión y equivocarme a la vez. Los griegos antiguos inventaron un nombre para definir su parte femenina, eran simples y a la vez categóricos. Sophia, ó Sofía, fue el apelativo para definir dicha parte y ambivalencia. Sofía en griego, significa SABIDURÍA.

Dios es mujer, estoy seguro de ello y a la vez no lo entiendo... ¿Para qué?

FIN

sábado, 3 de septiembre de 2011

El autoengaño por lo atractivo

El mundo es fálico, todo lo que se maneja dentro del mismo así lo es. Mantenemos la falsa idea de que la belleza o el concepto que entendemos por la misma, no va de la mano con la inteligencia. ¿Qué es la belleza? Un concepto, ¿qué es la inteligencia? Otro concepto... Entonces, ¿porqué dos simples conceptos se distancias demasiado el uno del otro?

¿Cuántos de nosotros nos consideramos realmente atractivos o "bellos"? ¿Cuántos de nosotros entramos en ese concepto inculcado por una sociedad  a todas luces materialista, egocéntrica y consumista? Podríamos decir que todos somos "bellos" bajo el aspecto de lo abstracto, pero no olvidemos que desde que nacemos, se nos inculca una aberrante complacencia por todo aquello que solo muestra su envoltura.

Al mundo lo motiva y mueve el dinero, el dinero es fálico y es así porque en realidad los hombres lo dominan a su conveniencia y antojo. La sociedad es machista y todo lo que nos venden es motivado por el sexo: "Trague, compre, venda, regale"... si usted no hace esto, usted es nadie, usted es más o menos lo mismo que nada.

Las personas "físicamente atractivas" o que entran en el concepto de la belleza, regularmente son imbéciles, bueno, como en todo, existen las excepciones, pero seasmos honestos, en su mayoría así se maneja toda situación relacionada a este escrito.

No sé, pero mi experiencia me dice que así es, ejemplo: 1.- Una niña bonita llega a una empresa a pedir trabajo, no sabe nada. Quien la entrevista se da cuenta inmediátamente de "sus cualidades" físicas y no duda en darle el trabajo para solventar futuros intereses sexuales. 2.- Llega un a mujer físicamente no agraciada o fea (bajo el concepto que venimos manejando) y con todas las credenciales que la acreditan para sustentar el puesto a ocupar, no es aceptada. La misma persona encargada de las entrevistas le da las gracias y en el mejor de los casos, le vende la falsa idea de que se "comunicará con ella en un futuro inexacto".

Honestamente siento lástima por aquellas mujeres que se dejan dirigir y controlar en este mundo fálico y dominado por los hombres. ¿No se dan cuenta ó simplemente se hacen pendejas para conseguir intereses materialistas y económicos? En lo personal, prefiero un gracias honesto y sincero por parte de una gordita de cantina al tratarla como lo que es, una mujer, y no por cualquier (amiga o conocida), "vieja bonita" que prefiere un regalo caro a una caricia o un trato caluroso, honesto y sincero.

Estamos de la chingada, el autoengaño por lo atractivo gobierna a este perro mundo... ¿Qué hacer al respecto?

FIN

viernes, 2 de septiembre de 2011

La selva mexicana

En la selva mexicana existe un orden que se supone salvaguarda el buen funcionamiento de la misma. La sociedad dentro de la selva constituye un estado monárquico en donde todos cumplen, o más bien mantienen, a un “rey”. El rey es el león, y este último no significa otra cosa que un simple y patético parásito que vive (¡y vaya que vive bien!) de la ignorancia y el miedo de todos sus súbditos que se lo permiten. Él los mantiene tranquilos con cuentos  místicos acerca de su postulación y del porqué él se encuentra en ese lugar, y no todos los demás. Pongámosle como nombre, “Presidente”.

Un ente llamado “Dios” ó mejor dicho, “cadena alimenticia”;  o mejor dicho, “voto útil”; o mejor dicho, “manipulación”… es el concepto que lo sustenta en su cargo viviendo ostentosamente y supuestamente a la cabeza de la misma para salvaguardar el bien, y eso sí, ni dudarlo, en la total y completa güevonez absoluta.

Debajo del rey, en la escala jerárquica, se encuentran otro tipo de “villanos”, por así decirlo, que comparten la misma especie y beneficios, claro está. Estos segundos se llaman leopardos y chitas; felinos en general pa’ que me entiendan. Carnívoros todos ellos y con ansias de comer y manipular al reino, a la sociedad en donde se desarrollan y así mismo se desenvuelven pegándose mordidas unos a otros, pero sin hacerse el mínimo de los daños. Pongámosle como nombre a estos segundos, el de “Senadores”.

Después, sigue otra especie similar, y digo similar, porque son los que con la misma vileza ostentan casi la misma situación jerárquica a la que les vengo platicando. Estos terceros son en realidad carroñeros; entes malignos, arribistas, animalejos que disfrutan del despojo como premio a su sumisión y apoyo hacia los dos primeros mencionados. Son como los buitres y las hienas, seres ventajosos. Supongamos que como nombre, llevan el de “diputados”.

Debajo de todos ellos coexiste un desparpajo absoluto llamado “pueblo”: changos, primates, reses de todos tamaños y sabores, carne de cañón haciendo ruido, escándalo y que a fin de cuentas  se tragan toda mentira concebida y por concebir.

Los primates hacen barullo, las reses, de todo tipo; seres gregarios a todas luces, se disgregan, se quejan, pero nunca llevan a cabo la promesa misma por “dejar de seguir siendo” lo que evidentemente son: adminículos, herramientas necesarias y obsoletas de intercambio, de manipulación y más manipulación para seguir manteniendo, para seguir sustentando en su lugar a sus verdugos. Con todas y cada una de sus concesiones…

Todos los cuentos deberían de preservar un final feliz; éste no. Pero tampoco debemos suponer que no existen o pueden existir los puntos intermedios. Desarrollémoslo en este momento: ¿Qué se nos escapa de todo ese reino? Sabemos de antemano el sonido que emite un chango, ¿no? Sabemos de antemano el sonido que emite toda esa fauna gregaria, buena para nada y parecida a las reses, ¿no?

¿Alguien sabe qué sonido emite una Jirafa?

Las Jirafas viven, son libres, se les tiene miedo. En pocas ocasiones se convierten en presa fácil de un depredador oportunista que vive en la misma selva. Ellas, “alti-altas”, nos miran desde arriba, guardan silencio, no dicen nada, nos observan y callan. Desde ese punto álgido, se dan a respetar en silencio. Digamos que son las intelectuales del reino, de la sociedad, de la selva.

Son como un escritor, son como un pobre diablo trabajando el intelecto en silencio y sin cesar diciendo mucho mediante sus letras. En realidad, son seres incomprendidos.

Y no me hagan mucho caso, las Jirafas, tal vez, también sean “raras”, “locas”, “marihuanas”, “borrachas”, “enemigas”, “rechazadas”, “rojas”, “comunistas”, "contrarias"; o tal vez, en el mejor o peor de los casos, solo una especie en peligro de expandirse y expandir la razón de los demás seres subordinados. 

El rey de la selva y su comitiva de crapulentos seres que lo siguen, las detestan; porque aquí, en la selva mexicana, está prohibido pensar…

FIN 

(Dedicado a todos los periodistas asesinados en esta pesadilla llamada "sexenio calderonista").

viernes, 19 de agosto de 2011

La secesión de la soberbia

Deberíamos de discordiar a la discordia, de segregar a la soberbia, de mandarla diréctamente a una secesión sempiterna... -Es lo que piensa Jenny cada que cruza "la frontera" para enriquecerse y también, porqué no, para terminar de seguir enriqueciendo a los de por si ya enriquecidos vecinos "del norte" y con su sola presencia.- Ella ostenta los recursos "necesarios" para hacerlo sin ningún problema, y por antonomasia, erige su libre derecho de llevarlo a cabo sin necesidad de trámites a todas luces vergonzosos e indiscriminatorios que se le imponen a otros. Ella posee la "doble nacionalidad". 

Si nos detuviéramos a pensar por un momento acerca de la insultante nimiedad e insignificancia de lo que representamos como planeta, (no digamos como seres humanos) dentro de este vasto Universo, terminaríamos por comprender que la soberbia de algunos por sentirse dueños de algo, es igual de ridícula y sin necesidad de hacer la mínima de las comparaciones. No existirían las "fronteras"... -Espeta hacia sus adentros-

Jenny es una persona de acciones simples, buenas y eso la lleva a pensar que no necesita de credo alguno. En realidad va por el camino correcto y sin saberlo, actúa como todos deberíamos de hacerlo. Lo desconoce, pero en el fondo de su ser se siente segura de creer sin temor a equivocarse, que las buenas acciones equivalen a una oración sin palabras que escapa y a la vez contiene, todas las filosofías, todas las ideologías, todas las religiones.

Jenny, como todos nosotros, no descansa en buscar ese complemento que nos hace falta para terminar de llenar el hueco con el que nacemos, con el que llegamos a este mundo. Ella no lo sabe, ¿quién lo sabe?

Y así mismo, sin saberlo, se conduce al más puro estilo de Los amorosos de Jaime Sabines:

"Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida."
  

Jenny es mi amiga, agradezco su amistad; y aunque en ocaiones parezca que la descuido, no es así. Como muestra, este escrito dedicado a ella, y solo a ella...

FIN 

jueves, 18 de agosto de 2011

Ataviados por los prejuicios

Raro, loco, diferente, grosero (por ser honesto), "inteligente", Jipie, borracho, marihuano, "tú que lo sabes todo", y demás etcéteras, es el catálogo de adjetivos calificativos y demás semi frases inconexas y agraviantes que le recetan a las personas que solo quieren ser si mismas. Eso sí, somos unos chingones para ver en el ojo ajeno la paja escondida y no el tronco caido y atravezado en el propio.

 Es más fácil arrastrarse que volar, eso es indiscutible. Cuando de repente te vistes de manera por así decirlo "inusual" y alguien conocido te dice: "¡qué bien te ves!", el mensaje que te manda es el siguiente: "Me agrada tu apariencia, tu ropa, esa prenda nueva y costosa que portas en este momento, el arquetipo que representas hacia mi gusto, me gusta lo que quisiera que fueras para mí, etc., etc., etcétera..."

¡Chinga'os!, tan lindo e igualmente inusual sería que dijeramos lo siguiente: "No te puedo decir que te ves bien porque siempre veo en ti a la misma persona honesta y sincera. Es más, estoy seguro(a) que en realidad tú haces ver bien todo lo que te pones..." Al menos, y por breves segundos desafiaríamos a los malditos convencionalismos.

Nos encontramos ataviados a los prejuicios y me incluyo. No por experimentarlos de igual manera, pero digamos que solo para ser solidario con todos aquellos que sientan en el fondo de su ser lo que están leyendo. El mundo en el que vivimos es uno, sí!, la vida que vivimos es una, sí!, pero no por eso debemos desperdiciarla a lo pendejo.

¿De qué nos sirve estar al pendiente de las demás personas y no ocuparnos de nuestra propia existencia? La verdad, ¿de qué nos sirve? ¿a poco el hacerlo o no, va a cambiar nuestras vidas? El mundo es bueno, la vida un poco más... ¿Porqué no agradecerlo en lugar de perder el tiempo en pensamientos inútiles?

En ocasiones me imagino futuros cataclísmicos de esos que tanto le gustan a los gringos en sus películas y que nos deparan un atróz final para todos. Si, para todos... y así como los imagino, en ocasiones los deseo: me gustaría que al igual que el cuento tonto, bíblico, apocalíptico y más bien conocido como el armagedón, se convirtiera en realidad. Imaginémoslo: Lumbre, metéoros siderales cayendo del cielo anunciando el fin de la humanidad, destruyéndalo, mejor dicho.

¿Se lo imaginan? A mi me daría mucho gusto, me parecería uno de los actos más democraticamente justos en esta tonta historia que hemos construido. Si eso sucediera en cualquier momento, recibiría el castigo "divino" con gusto. Al menos me retiraría de este universo como el ser humano que a diario me esfuerzo en ser y no como el simple mono desnudo en que se empeña en ser la mayoría de la gente que me rodea... Y si, soy diferente, loco, simple, raro... ¿qué más? Los invito a juzgarme en razón a sus prejuicios...

FIN.

martes, 16 de agosto de 2011

Aferrados a nada

Quien no entiende y tampoco comprende que su existencia por si misma es mágica, termina revolcándose cual vil puerco en el lodo de las aspiraciones falaces, de las ambiciones simples y de los intereses mundanos... -discurría Roberto después de enterarse que una exigua amistad, había optado por ese tipo opciones-.

Susana es el nombre de la susodicha exigua, extinta e insignificante amistad olvidada; hacía un par de meses que Roberto se había molestado con ella. Traiciones que parecen simples y antagónicas detonaron el hecho que para él, constituían una falta mayor: Cuando se traiciona la confianza en las palabras, se traiciona toda confianza dentro de una relación, cualquiera que sea entre personas. O somos, o no somos. No existen puntos intermedios para con nosotros los seres humanos... -fueron sus últimas palabras antes de decidir terminar con dicha amistad-.

La sociedad no es más que una verdadera marranada que nos bombardea con basura ideológica y mensajes sencillos, simples, que rayan en la más vulgar de las ambigüedades. Roberto piensa que debemos de entender que cada quien ostenta el poder ineludible de hacer lo que le venga en gana con su existencia, pero tampoco termina por comprender que la vida es más que dilapidar dicha existencia en terminologías llanas y compatibles con un edonismo filosófico barato.

De vez en cuando pregunta por Susana, se entera de primera mano de lo que está haciendo con su vida y todo porque no termina de decifrar esas miradas furtivas que ella le lanza cada que se lo encuentra o puede verlo de frente. Roberto escudriña los vacíos para no cruzar su mirada con la de ella, impugna, se opone, pero no deja de pensar dentro de su ser que debería de hacerlo y después de recapacitarlo se pregunta: ¿para qué? ¿para qué Roberto?

Susana no es mala, Roberto piensa que solo está confundida por no terminar de entender que el mundo es más que dinero, que es más que un auto último modelo o la ropa de moda que se exhibe en esos aparatosos centros comerciales caros que te invitan a gastar en lo que no necesitas y que terminan por convertirse en la mejor opción para compensar los vacíos. 

Aparte de salir con dos tipos y autoengañarse a si misma, Susana sigue pensando que su triángulo de traición la hace parecer "maquiavélica" por la actitud con que lo platica.

¡Vale madres!, si supiera jugar ajedrez o al menos se interesara por saber quién fue Juana de Asbaje o Rosario Castellanos, me cai que rectificaba su camino... ¡Y no digamos que leyera El Príncipe de Nicolás Maquiavelo!  

Roberto se engaña, se sigue engañando pensando que Susana cambiará algún día. En el fondo traiciona sus propias conjeturas acerca de permitir que sea para si misma lo que desee ser para si misma y también porque en el fondo de su ser, espera un final feliz como esos que solo suceden en las películas "joligudenses".

En ocasiones su razonamiento lo invade, Roberto acepta las realidades y recuerda la vez en que le pagó a una señora un jugo de naranja, ¿cuánto le debo? -preguntó Roberto- siete pesos... Él le dió doce pesos a la señora, esperó que ella  lo corrigiera y al percatarse que no lo hizo y se embolsó rápidamente el dinero y decirle, "gracias", se dijo así mismo: ¡Qué lástima!, por cinco pesos... ¡Qué desilusión! -Eso mismo piensa de Susana, pero recordémoslo: solo cuando su razonamiento lo invade...

¿Porqué nos aferramos a nada? -se pregunta y piensa Roberto- Así deberíamos de pensar y preguntarnos siempre.

FIN