Debemos reconvertir todo lo que nos han enseñado: Planta un hijo, tén un árbol, lee un pinche libro...

jueves, 18 de agosto de 2011

Ataviados por los prejuicios

Raro, loco, diferente, grosero (por ser honesto), "inteligente", Jipie, borracho, marihuano, "tú que lo sabes todo", y demás etcéteras, es el catálogo de adjetivos calificativos y demás semi frases inconexas y agraviantes que le recetan a las personas que solo quieren ser si mismas. Eso sí, somos unos chingones para ver en el ojo ajeno la paja escondida y no el tronco caido y atravezado en el propio.

 Es más fácil arrastrarse que volar, eso es indiscutible. Cuando de repente te vistes de manera por así decirlo "inusual" y alguien conocido te dice: "¡qué bien te ves!", el mensaje que te manda es el siguiente: "Me agrada tu apariencia, tu ropa, esa prenda nueva y costosa que portas en este momento, el arquetipo que representas hacia mi gusto, me gusta lo que quisiera que fueras para mí, etc., etc., etcétera..."

¡Chinga'os!, tan lindo e igualmente inusual sería que dijeramos lo siguiente: "No te puedo decir que te ves bien porque siempre veo en ti a la misma persona honesta y sincera. Es más, estoy seguro(a) que en realidad tú haces ver bien todo lo que te pones..." Al menos, y por breves segundos desafiaríamos a los malditos convencionalismos.

Nos encontramos ataviados a los prejuicios y me incluyo. No por experimentarlos de igual manera, pero digamos que solo para ser solidario con todos aquellos que sientan en el fondo de su ser lo que están leyendo. El mundo en el que vivimos es uno, sí!, la vida que vivimos es una, sí!, pero no por eso debemos desperdiciarla a lo pendejo.

¿De qué nos sirve estar al pendiente de las demás personas y no ocuparnos de nuestra propia existencia? La verdad, ¿de qué nos sirve? ¿a poco el hacerlo o no, va a cambiar nuestras vidas? El mundo es bueno, la vida un poco más... ¿Porqué no agradecerlo en lugar de perder el tiempo en pensamientos inútiles?

En ocasiones me imagino futuros cataclísmicos de esos que tanto le gustan a los gringos en sus películas y que nos deparan un atróz final para todos. Si, para todos... y así como los imagino, en ocasiones los deseo: me gustaría que al igual que el cuento tonto, bíblico, apocalíptico y más bien conocido como el armagedón, se convirtiera en realidad. Imaginémoslo: Lumbre, metéoros siderales cayendo del cielo anunciando el fin de la humanidad, destruyéndalo, mejor dicho.

¿Se lo imaginan? A mi me daría mucho gusto, me parecería uno de los actos más democraticamente justos en esta tonta historia que hemos construido. Si eso sucediera en cualquier momento, recibiría el castigo "divino" con gusto. Al menos me retiraría de este universo como el ser humano que a diario me esfuerzo en ser y no como el simple mono desnudo en que se empeña en ser la mayoría de la gente que me rodea... Y si, soy diferente, loco, simple, raro... ¿qué más? Los invito a juzgarme en razón a sus prejuicios...

FIN.

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