Debemos reconvertir todo lo que nos han enseñado: Planta un hijo, tén un árbol, lee un pinche libro...

jueves, 21 de julio de 2011

La pata del dinosaurio

La prehistoria terminó hace mucho tiempo -explicaba el gurú a sus discípulos-. Dentro de esa etapa de la historia o vida y de lo que denominamos como "nuestro" planeta hoy en día, existieron seres vivos de todas formas y colores; a la mayoría de ellos la denominamos en tiempos por así decirlo, "modernos", como dinosaurios. Los dinosaurios habitaron el planeta durante 160 millones de años hasta que se extinguieron.

¿Alguien me puede decir lo que sucedió con ellos después de su "extinción"? -preguntó a sus discípulos, pero nadie se atrevió a contestarle y prosiguió después de unos segundos de silencio-.

Los dinosaurios, al igual que los demás seres vivientes de esos tiempos remotos al extinguirse, solo terminaron alimentando a la maravillosa aventura que hoy en día llamamos vida y de la cual gozamos en este preciso momento. Todos los seres vivientes de esa época, al morir, terminaron por desintegrarse en pequeñas partículas que alimentaron la tierra, el agua, el viento y todo el hábitad constituido anacrónico y perpetuo por sí mismo. -Proseguía el gurú ante la mirada cada vez más absorta de sus discípulos-.

Como verán, la vida se abre camino por si misma, nadie ni nada puede detenerla y al transcurrir del tiempo evoluciona con la evolución misma para seguir creando seres cada vez más maravillosos. Lo que ayer fue, sigue vigente hoy en día en nosotros y dentro de nosotros y como "nosotros", entendamos el todo... -En este momento el gurú fue interrumpido por discrepancias e interrogantes de uno de sus discípulos-.

Maestro, no es mi deseo interrumpirlo o contradecirlo, ¿pero qué tiene qué ver todo lo que nos está diciendo con la pregunta acerca de Dios que le formulamos en un principio?

No es interrupción y no tengo porqué molestarme mi querido discípulo, al contrario -contestó el gurú y prosiguió-: si les he platicado todo ésto, es solo para que sepan que dentro de si mismos y dentro de todos nosotros mismos, habita una pata de dinosaurio. Esa pata de dinosaurio se extinguió a la par de su dueño hace mucho tiempo y no encontré mejor y más simple ejemplo para explicarles su pregunta acerca de Dios.

El Universo que habitan en este momento es totalitario, dentro de él no existe el tiempo, no existe el pasado, tampoco el presente y tampoco el futuro. El Universo es un todo que se acapara así mismo e incluye a todos nosotros. Dentro de él no existe tampoco la vida, tampoco existe la muerte. El Universo lo es todo y nosotros formamos parte del mismo: aquí, en este momento presente, ayer, mañana, siempre... -Teminó el gurú su clase del día-

Dios lo es todo y nosotros también. Dios habita dentro de nosotros y por lo tanto, somos parte de él y él, parte de nosotros. Quien no termine por entender esta simple premisa, mañana seguirá haciendo la misma pregunta y dudará de la más valiosa creencia que se traduce en creer en sí mismo. Vayan en paz, descansen, mediten, agrdezcan un día más de vida y compartan sus conocimientos, no hay más. La clase a terminado... -Éstas fueron sus últimas palabras al respecto-.

FIN

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